Szymborska
27/11/2009Publicado en Revista Encuentros
Vermeer
Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
la leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.
Es el penúltimo poema de Aquí, de Wislawa Szymborska (Polonia, 1923). Conocida en España después de obtener el Nobel, su poesía interrogativa es una reflexión sobre el hombre y su lugar en el mundo, en la naturaleza o en el tiempo. Y sobre todo, es la expresión del asombro ante la realidad, una afirmación de la existencia, como en ese poema.
Aquí es, desde su escueto y significativo título, una composición de lugar escrita en el tono bajo que caracteriza a los poetas polacos que desde la segunda mitad del siglo XX renuncian al énfasis y aspiran a la precisión.
La expresión directa y el tono coloquial son compatibles en esta poesía con la profundidad reflexiva acerca de la condición humana y con una honda conciencia existencial:
En mi poesía busco ese efecto que en pintura se llama claroscuro – explicaba Wislawa Szymborska en 1975-. Quisiera que en mis poemas se encontraran e incluso se fundieran cosas magníficas y triviales, tristes y cómicas.
La coexistencia en este libro y en toda su obra de la reflexión y la sorpresa, del asombro y el desengaño- en Metafísica-, de la ironía y la seriedad –en el espléndido Idea-, de la memoria y el presente – en Adolescente o en Mi difícil vida con la memoria- constituye una de las claves de su poesía, una sucesión de preguntas hechas desde la conciencia del no saber que caracteriza al poeta.
Por eso, en Wislawa Szymborska cada poema es una respuesta provisional e insuficiente acerca del mundo, el tiempo y el espacio, la memoria y la poesía. Sucesión de preguntas y respuestas –como en Retrato de memoria- en las que la naturalidad y el tono menor construyen un libro en el que conviven como motivos poéticos las rocas y los seres microscópicos, un divorcio o la identificación de un cadáver, Ella Fitzgerald en el cielo y Julius Slowacki en una diligencia, la metafísica y los fideos con tocino.
El libro se publicó en Polonia en enero y ahora lo presenta en España Bartleby en edición bilingüe con traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano, dos traductores que a esa condición unen la de ser poetas y acreditados conocedores de la obra de Wislawa Szymborska. Con ese bagaje resuelven con brillantez la difícil tarea de traducir la tonalidad coloquial de estos poemas, su ritmo interior, la mirada irrepetible de una autora que habla para la gente.
SANTOS DOMÍNGUEZ