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Una obra maestra
24/10/2009Publicado en Babelia (El País)
"El río es espléndido y el hombre se siente misteriosamente atraído por él". El río es el delta del Paraná y el Boga un personaje que vive en él o, mejor dicho, que vive con él y ésta es la prodigiosa novela que lo cuenta. Cuando el Boga parte del arroyo Anguilas hacia el río abierto tras la muerte del Viejo comienza una aventura épica donde sólo juegan la vida y la muerte. Navega solo en la vieja lancha heredada y vive solo en el río y en las márgenes, llevando una vida dura y primitiva de pescador. La genialidad de este libro que transcurre por ese "río semejante a la eternidad" es que cuenta exactamente eso: el fluir de un río, la vida en el río, la respiración de un río. Haroldo Conti se pega a la naturaleza y al hombre y con una fascinante minuciosidad relata la existencia inocente, pero también ciega y telúrica, de un ser humano que apenas se distingue del entorno en el que vive salvo por un extraño y terco impulso de libertad. La sólida escritura de Conti, perfecto cocnocedor del Tigre, está atravesada a lo largo de todo el relato por un vocabulario riquísimo que recuerda el de los grandes relatos marineros, sólo que en este delta, que semeja un mar por sus formidables proporciones. La escritura fluye igual que el río, con tal poder de seducción que el lector, atrapado por la abrumadora y poderosa presencia del río alrededor del hombre, irá apreciando poco a poco hasta acabar arrastrado por la corriente de palabras que lo conducen a lo largo del bellísimo relato. La novela de Conti pertenece por derecho propio al ámbito de las grandes epopeyas del mar; en su caso, atravesada por una preocupación de corte existencialista que alimenta el conflicto esencial del ser y del existir. El boga ama ese río, pero lo que le trae la vida del río lo acoge como "lo que hay". Su vida se atiene a la verdad de que "el río es ajeno a todo sentimiento, pero muy a menudo aparece animado por un humor sombrío". El destino desencadenará la tragedia desnuda, seca, inevitable. Ésta es la historia de una vida mínima, anónima, recóndita, cuya grandeza se eleva hasta convertirla en una obra maestra, de las que verdaderamente crean el amor a la Literatura.
JOSÉ MARÍA GUELBENZU
"El río es espléndido y el hombre se siente misteriosamente atraído por él". El río es el delta del Paraná y el Boga un personaje que vive en él o, mejor dicho, que vive con él y ésta es la prodigiosa novela que lo cuenta. Cuando el Boga parte del arroyo Anguilas hacia el río abierto tras la muerte del Viejo comienza una aventura épica donde sólo juegan la vida y la muerte. Navega solo en la vieja lancha heredada y vive solo en el río y en las márgenes, llevando una vida dura y primitiva de pescador. La genialidad de este libro que transcurre por ese "río semejante a la eternidad" es que cuenta exactamente eso: el fluir de un río, la vida en el río, la respiración de un río. Haroldo Conti se pega a la naturaleza y al hombre y con una fascinante minuciosidad relata la existencia inocente, pero también ciega y telúrica, de un ser humano que apenas se distingue del entorno en el que vive salvo por un extraño y terco impulso de libertad. La sólida escritura de Conti, perfecto cocnocedor del Tigre, está atravesada a lo largo de todo el relato por un vocabulario riquísimo que recuerda el de los grandes relatos marineros, sólo que en este delta, que semeja un mar por sus formidables proporciones. La escritura fluye igual que el río, con tal poder de seducción que el lector, atrapado por la abrumadora y poderosa presencia del río alrededor del hombre, irá apreciando poco a poco hasta acabar arrastrado por la corriente de palabras que lo conducen a lo largo del bellísimo relato. La novela de Conti pertenece por derecho propio al ámbito de las grandes epopeyas del mar; en su caso, atravesada por una preocupación de corte existencialista que alimenta el conflicto esencial del ser y del existir. El boga ama ese río, pero lo que le trae la vida del río lo acoge como "lo que hay". Su vida se atiene a la verdad de que "el río es ajeno a todo sentimiento, pero muy a menudo aparece animado por un humor sombrío". El destino desencadenará la tragedia desnuda, seca, inevitable. Ésta es la historia de una vida mínima, anónima, recóndita, cuya grandeza se eleva hasta convertirla en una obra maestra, de las que verdaderamente crean el amor a la Literatura.
JOSÉ MARÍA GUELBENZU