Un poeta espléndido
01/04/2008Publicado en Revista Mercurio
Dice bien el autor de la presente traducción y edición bilingüe en su breve prólogo, que es lástima que el polaco Ryszard Kapuscinski (1932- 2007) no esté ya entre nosotros para haberle preguntado por la poesía y por su poesía, conocida de pocos –y desde luego no en España– mientras vivió. Y sin embargo el Kapuscinski reportero, periodista creativo y comprometido, era tan bien conocido entre nosotros que en el año 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Comunicación por su labor para aclarar conflictos olvidados y guerras inútiles, si no lo son todas… ¿Poeta el autor de El Emperador (sobre el Negus de Etiopía) o La guerra del fútbol sobre un peregrino conflicto entre Honduras y El Salvador a cuenta –inicial– de un partido de fútbol?.
Parece que Kapuscinski fue poeta desde su juventud y llegó a publicar en revistas universitarias de la Polonia comunista, pero abandonó ese camino por un periodismo humanista y eso sí, frecuentemente muy literario. Sólo en los años 80 del pasado siglo, cuando el régimen censuró la revista Kultura para la que nuestro hombre trabajaba, encontró tiempo (declaró que eso era siempre necesario para escribir poesía) para dedicarse a esa vocación suya hasta entonces semifrustrada. De ahí nació su primer libro Bloc de notas –un título muy periodístico, por cierto- de 1986. En Bloc de notas la poesía de Kapuscinski tiende a una falsa abstracción que más bien sería un velado simbolismo. Sus poemas –intensos– crean mundos que aluden indirectamente (no podía ser de otro modo) a la condición del hombre privado de libertad por una dictadura: “Tú escribes sobre el hombre en el campo de concentración/ yo sobre el campo de concentración en el hombre…” ¿La autocensura? ¿El miedo como ser en el mundo? Hay recuerdos de la Polonia antigua y esa extraña sensación de opresión en un texto que debe ser interpretado tanto en lo que dice como en lo que insinúa…
Aunque publicó una edición italiana de su primer libro, con algunos añadidos en 2004, el gran libro a mi saber de la breve obra de Kapuscinski llegará en 2006 con Leyes naturales. Este no es sólo un magnífico libro, que pone al autor al nivel de la mejor poesía polaca de su época (pensemos en la Nobel y excelente poetisa Wislawa Szymborska; a mí Milosz me gusta algo menos) sino que sentimos en sus textos el respirar hondo y libre de un poeta pleno de facultades, humanista y existencialista, pues los poemas de Leyes naturales tratan sobre todo de las honduras de la condición humana. Poemas como Sufrimiento y culpa, Descubrimiento o Muerte (pero podría citar otros) poseen esa profundidad que se mide en palabras y que es el espíritu verdadero de la poesía… “La poesía es un templo/ con su frescor/ el pensamiento se pone al rojo vivo/ las palabras/ son llamas solidificadas”. Al final (ello hace de esta edición la más completa que hay ahora mismo de la obra lírica de Ryszard Kapuscinski) hay una breve sección de Inéditos, escritos durante el año 2006, cuando probablemente el poeta ya estaba enfermo. Es hermoso el poema sin título que comienza: “Al final/ todos/ nos encontraremos…” Para quienes hayan leído al Kapuscinski periodista comprometido, les será una bella sorpresa el encuentro con este poeta hondo, que en otra magia de palabras, no dejó de hacer lo que hacía en sus viajes y artículos: indagar en la extraña, tierna, feroz y desvalida condición del hombre… Un gran poeta (sobre todo el último libro) con una obra desdichadamente breve. La poesía es más importante de lo que creen quienes la ignoran.
LUIS ANTONIO DE VILLENA