Apúntate a nuestro boletín para conocer las novedades Bartleby de primera mano. Sólo tienes que introducir tu correo electrónico aquí:

Suscribirse
Campo 'E-mail suscriptor' obligatorio
No es una dirección de E-mail válida

Te mantenemos al día de la actualidad literaria en este resumen de destacados. También puedes visitar la sección de prensa completa.

# 05/07/2023 Presentación en librería La Guarida (cercedilla) El próximo sábado 15 de julio la poeta Ana Pérez Cañamares presentará en Cercedi ... # 05/11/2014 Presentación en Madrid 6/11 Enclave de Libros Manuel Rico, director de la colección Bartleby Poesía, y la autora, Cris ... # 19/06/2014 2ª edición de "En legítima defensa" Con una gran afluencia de público se realizó en el café La Cantonada la presentación en Tarragona ... # 17/12/2013 Presentación "Sagrado Corazón 45" en Madrid El 17 de diciembre a las ocho de la tarde presentaremos Sagrado Corazón 45, primer títul ... # 04/03/2013 Presentación en La Buena Vida (Madrid) 5/03/13 Presentamos en Madrid, en la Librería La Buena Vida (metro Ópera), la primera obra del actor y mú ...
Introduzca algún texto para buscar
Búsqueda por títulos, autores,ediciones, reseñas... BuscarBúsqueda avanzada
Viene de: Portada>Prensa
La gravedad de lo vivido 01/01/2010Publicado en Revista Mercurio



Antonio Luis Ginés, nacido en la loca­lidad cordobesa de Iznájar en 1967, per­tenece al grupo representativo de una verdadera explosión poética en Córdoba durante lo años noventa y principios de este siglo, que reúne a escrito­res de distintas edades y poesía también muy diferente, entre los que se encuentran Eduar­do García, Lara Cantizani, Vi­cente Luis Mora, Pablo García Casado, José Rey, Raúl Alonso, Rafael Espejo , Juan Antonio Bernier o Elena Me­del. Nombres que, con un rit­mo sostenido, han ido alum­brando obras reconocidas por los lectores y la crítica que con­firman la energía de su pulso creador. Es el caso de Antonio Luis Ginés que, con su cuarto libro, Picados suaves sobre el agua, publicado por Bartleby, logra con la mayor desnudez y máxi­ma tensión psíquica, transmi­tirnos estados interiores nunca desligados del paisaje y sucesos cotidianos, una constante a lo largo de su creación en la que ocupa un lugar principal Rutas exteriores, poemario galardona­do con el IX Premio Nacional de Poesía Mariano Roldán.

Esa inmersión en zonas profundas del ser humano sin aflojar, como dijimos, las lia­nas con la realidad de Picados suaves sobre el agua, exigía la res­piración y la demora narrativa del poema en prosa, convertido en alegoría de la vida, en ema­nación natural de situaciones, deseos, ausencias, sueños, llamada de lo desconocido, momentos esperanzadores y desesperanzados, huellas, he­ridas, tinieblas y amaneceres. Todo ello utilizando un len­guaje nada aéreo, sino con la gravedad de lo vivido, donde los espacios tienen memoria y fluye un pensamiento emocio­nal. Los objetos inanimados tienen en este libro el voltaje de las pasiones y el conocimiento humanos: Haberte conocido a tra­vés de tu ropa en el tendedero, reza uno de sus versos; o el talgo se transforma en metáfora trans­parente de la imposibilidad de huir del destino: “Sólo sabe que va hacia una ciudad, sólo sabe que trata de huir de su som­bra, pero el tren se detiene en todas las estaciones, todos los pueblos, y no hay nadie, nadie sale a recibirle; y el tiempo que cree ganar con el rugido de la máquina es una dulce trampa que, imparable, le conduce a su destino”. La ciudad tejida por tantas vidas anónimas, con su capacidad de succión, sus luga­res para la tentación y la infide­lidad o sus recintos marcados por la arritmia del recuerdo; la ciudad de la que los fenómenos atmosféricos son también par­te esencial de su cuerpo (atar­decer, lluvia, frío, bogar de nu­bes), adquiere en Picados suaves sobre el agua la temperatura de lo biográfico, y existe desde la propia soledad y necesidad de renacimiento un espíritu de comunión con los demás seres. Otra de las virtudes de este poe­mario es la capacidad que tiene su autor para dibujar escenas, interiores donde respiran sus personajes, adoptando para ello la actitud de un especta­dor más. Un buen ejemplo es el texto que abre el libro, “Fresco”, del que transcribo un fragmen­to: “Abre una puerta y ella está sentada con los brazos cosidos a las rodillas. La cena fría, lo de siempre pero con más cansan­cio, tanto que no hay palabras: asco, algo parecido. El último cuadro sin colgar todavía, toda­vía ella saca fuerzas para echar sus ojos sin fondo en los de él, en silencio, en un lenguaje sin signos ni secretos”. Por último, no quisiera dejar de referirme a la basal presencia de los ausen­tes en este libro, que no cesan de acompañar al autor que nos impulsa a habitarnos por den­tro con la verdad y el horizonte de la auténtica poesía.

JAVIER LOSTALÉ

Nosotros|Poesía|Narrativa|Blog|Prensa|Boletín|Distribuidores|Contacto
2008 © Bartleby Editores. Todos los derechos reservados
Diseño: Castelló