68 poemas (uno por año vivido) de uno de los mejores poetas en lengua inglesa
02/08/2010Publicado en Revista Notodo
Existen ocasiones sorprendentes en las que la poesía se convierte en éxito de ventas y en que la voz de los poetas trasciende el ámbito académico y las torres de cristal de los eruditos para convertirse en comentario cotidiano y material con que llenar tabloides. Ted Hughes (Mytholmroyd, 1930-Londres, 1998) fue, muy a su pesar, un raro ejemplo de este fenómeno radicalmente opuesto a su voluntad que era mantenerse en silencio y curar las terribles heridas de su vida con la escritura como terapia. Porque la vida de Edward James Hughes estuvo marcada por la poesía y la tragedia. Estudió en Cambridge, donde conoció a Sylvia Plath, con quien estuvo casado seis años y tuvo dos hijos, Frieda y Nicholas. Una mañana de febrero de 1963, un año después de su separación, Sylvia preparó el desayuno a sus hijos y se suicidó abriendo la llave del gas, convirtiendo a su ex marido en verdugo involuntario señalado por feministas, críticos y biógrafos (algunos colegas suyos, a quienes les dedicó Los perros se están comiendo a tu madre). Este texto está incluido en El azor en el páramo, la mimada antología bilingüe que Xoán Abeleira ha preparado para Bartleby Editores y que recoge una selección de 68 poemas (uno por año vivido) de uno de los mejores poetas en lengua inglesa que se granjeó el afecto de sus lectores y las críticas de sus detractores a partes iguales, y a quien le llegó el máximo reconocimiento pocos meses antes de su muerte: la Orden del Mérito británica concedida por Isabel II.
Las antologías siempre tienen algo de caprichoso en tanto en cuanto el antólogo escoge no sólo lo que en radio fórmula llamaríamos “grandes éxitos” sino que también se deja llevar por su debilidad personal hacia unos textos u otros. En este caso, el gallego Xoán Abeleira deja muy claras sus debilidades ya desde el magnífico prólogo en el que revela su admiración por la obra de Hughes (y por la de Sylvia Plath de cuya Poesía Completa también se ocupó para la misma editorial) y realiza una selección caprichosa, sí, pero pertinente y justificada de tal modo que guía al lector neófito (y da claves para los que no lo son) para adentrarse en un universo poético singular marcado por la naturaleza salvaje, los páramos, el amor y la muerte.
Abre la antología El pensamiento-zorro, un poema perteneciente a su primer libro El azor en la lluvia, cuyas raíces se encuentran en la niñez, cuando salía de madrugada a cazar con su hermano mayor. El zorro será uno de los animales totémicos en su poesía y aparecerá recurrentemente en muchos de sus textos, al igual que el azor y el oso. Tú odiabas España es uno de los poemas que anticipaba Birthday Letters (1998), el poemario que le dedicó a su esposa y que se convirtió en un auténtico best seller, y que dio pie a la película Sylvia (con Gwyneth Paltrow y Daniel Craig metidos en la piel del matrimonio) y que constituyen las primeras palabras en las que habla de su compleja relación. De Cuervo (1970), uno de sus libros con mayor repercusión (llegó a ser lectura obligada en los institutos), se incluyen seis poemas muy significativos en los que claramente influyeron sus estudios de Antropología (claro entronque con el chamanismo) y el absurdo. Otro elemento de gran importancia en la poética de Hughes es el paisaje tal como se puede ver en los versos de El páramo de Stanbury, Cardos o Helecho, que se identifica con el alma del poeta y con sus palabras. En el páramo, la piedra, el viento y el agua son el reflejo del devenir del universo y su vegetación adquiere rasgos humanos.
Hughes cultivó, además de la poesía, el ensayo (Shakespeare and the Goddess of Complete Being), el teatro (escribió numerosas obras radiofónicas), la narrativa infantil y juvenil (The Iron Man, del que se hizo una versión animada, o How the Whale Became, colección de relatos que dedicó a su hijos) y la traducción, y en todas las facetas cosechó grandes éxitos y recibió prestigiosos galardones. Los versos de Hughes son auténticos, rotundos y muchas veces desgarradores y su voz hace poco que resuena en español: les invitamos a escucharle.
MARÍA CEREIJO